Una Vuelta a la Oficina 100% Segura

Para muchos profesionales, tras estas vacaciones se acaba la rutina de las videoconferencias y el teletrabajo, pero hay que retornar de forma responsable y sin riesgos innecesarios a pesar de la vacunación.

Pantallas separadoras, control de temperaturas, rediseño de espacios y automatización son algunas de las medidas que ya hemos adoptado para afrontar vuelta a las empresas reduciendo al mínimo los riesgos de transmisión de la COVID-19.

Una oficina, despacho o espacio de trabajo moderno, provisto de aire acondicionado y calefacción, debería ser un sitio saludable para trabajar. Pero algunos de estos edificios, en ocasiones premiados por sus modernas instalaciones, compactos, herméticamente cerrados, dotados de mobiliario propio del siglo XXI, generan innumerables quejas y síntomas en los trabajadores y trabajadoras que los habitan día tras día. Estos síntomas genéricamente se agrupan bajo el nombre de síndrome del edificio enfermo.

10 claves para mantener la calidad del aire interior en las empresas y evitar el Síndrome del Edificio Enfermo:

  • Aumentar el aire exterior de ventilación, así como la extracción. Aumentar los horarios de funcionamiento del sistema de climatización.
  • La extracción de aire en los aseos debe mantenerse las 24 horas en funcionamiento.
  • Aumentar la ventilación natural abriendo ventanas exteriores.
  • Las medición y control de la calidad del aire interior (CAI) ayuda a minimizar el impacto del virus en el edificio ya que se toman medidas de manera inmediata.
  • No utilizar los equipos de recuperación de calor mientras dure la pandemia.
  • Evitar en la medida de lo posible la recirculación del aire en las UTAs. Trabajar 100% aire del exterior.
  • La limpieza de conductos debe ser una prioridad en este momento.
  • Aumentar la frecuencia en la sustitución de los filtros de aire exterior.
  • Instalar purificadores de aire.

Los síntomas más frecuentes son relativamente suaves, como sensación de cansancio o letargo, dolores de cabeza, sequedad de ojos, presión en el pecho, ojos llorosos, nariz taponada, garganta seca, sequedad cutánea, náuseas y mareos. Síntomas que por falta de atención pueden derivar en enfermedades por hipersensibilidad, infecciosas o de origen químico y/o físico. Con frecuencia estos síntomas señalados sólo sobrevienen en el lugar de trabajo, y mejoran horas después de abandonarlo, pudiendo desaparecer totalmente en los periodos de vacaciones. También varían según el tipo de edificio.

purificadores de aire alesza

Hay edificios que nacen enfermos y hay otros que enferman como consecuencia de proyectos de remodelación, reconstrucción o desidia de aquellos que, con responsabilidad de velar por el control y la protección de la salud pública de los ciudadanos, no ejercen la labor de control específica que les compete.

La ventilación es clave

Según las últimas investigaciones , las características de los sistemas de ventilación en los edificios son la causa de alguno de los síntomas que padecen las personas con el síndrome del edificio enfermo. En aquellos edificios en los que las ventanas se pueden abrir y que están naturalmente ventilados, donde la presión del viento exterior hace que el aire circule, es menor la incidencia de estos síntomas.

Por el contrario, aquellos con ventanas herméticas en los que el aire que se introduce al edificio lo hace a través de un dispositivo centralizado y que luego lo distribuye por conductos que desembocan en las distintas áreas, potencian un mayor grado de recirculación de aire. Este aire, que en ocasiones circula sin renovarse una y otra vez, acumula microorganismos, se contamina con óxido depositado en las áreas de distribución, gases químicos, bacterias, humos, polvo, moho, hongos, insectos y escombros del interior de las paredes.

¿Existen otras formas de contaminación interior?

Las oficinas modernas están llenas de materiales sintéticos, plásticos, acero inoxidable, cerámicas, materiales textiles, productos de limpieza, pegamentos, disolventes, etc. La sensibilidad ante estas diversas sustancias químicas es hoy un problema para muchas personas, que reaccionan de forma diferente ante las concentraciones de los distintos componentes, dando en ocasiones como resultado que sus sistemas inmunológicos se vean alterados por la exposición a contaminantes de bajo nivel, generándoles múltiples trastornos.

Pero la sola presencia de estos contaminantes no explica los síntomas. El conjunto de factores presentes en el lugar de trabajo –como la carga de trabajo, la falta de control sobre el mismo, el ambiente térmico, las condiciones de iluminación, las condiciones acústicas, y la propia naturaleza del trabajo– también determinan cómo y cuándo enfermamos.

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